Decía Aranzana que el partido ante el Lobe Huesca tenía sus serios riesgos. Yo creía que el técnico castellano estaba un poco contagiado de la corriente Guardiolística en esto del tremendismo con el objetivo de mantener alerta a sus jugadores ante cualquier partido. El caso es que el Huesca venía últimamente de dar la campanada ante Xacobeo, de poner en enormes aprietos al Melilla... El Cáceres también se atascó el viernes con este equipo que ofrece una alternativa de baloncesto distinta. El Huesca juega un poco al pin, pan, pun. Tiene una facilidad para anotar tan grande como la que tiene para encajar canastas. A estos, de los 24 segundos de posesión, les sobran 10... por lo menos. Y eso a los cacereños muy bien no le viene. Jugar a cancha abierta les puso en serias dificultades, sobre todo porque los de Aranzana se contagiaron de ese ritmo casi de precipitación. Por momentos, el equipo debía haber templado sus ataques e intentar agotar más su posesión para poner algo de calma y jugar a lo que suele. El partido, con todo, fue vistoso. Muchos ataques, muchos puntos, mucha velocidad. Como espectador, prefiero estos encuentros frenéticos a aquellos encorsetados por la táctica, por el rigor defensivo... El caso es que, independientemente de gustos, a los cacereños no les iba bien jugar a eso y no supieron evitarlo. Se contagiaron. Afortunadamente se ganó, pero el tropiezo no estuvo tan lejos. Huesca compitió y pudo haber sacado un triunfo del Multiusos. De hecho, una acción de Antelo sobre Bonds en los últimos segundos que no fue castigada con falta en un triple que podía haber significado el empate pudo haber hecho saltar las alarmas. El contacto de Antelo con el jugador del Huesca no se si realmente existiría, pero la sobre-escenificación del americano teatralizó un poco la jugada y los árbitros no señalaron la falta, lo que provocó el indisimulado enfado del técnico oscense y el fin de las opciones del Lobe.
CORTOCIRCUITO Hablando de enfados, el partido dejó también una cruzada de cables de uno de los nuestros. McCoy se tomó bastante mal el que Aranzana le sustituyera y tuvo un rifi rafe público con su entrenador. El técnico, no sé muy bien si por el desplante o por el nivel que podía dar el americano en un partido de tanto ritmo como el del viernes, no volvió a pisar el parquet. Preguntado Aranzana en rueda de prensa por el desencuentro con su jugador, también se mostró molesto con la actitud del americano y señaló que por encima del mosqueo de McCoy estaba el suyo, "que para eso soy el jefe". A mi entender el suceso no debe pasar más allá de una conversación entre las dos partes para aclarar todo. McCoy no me encaja dentro del perfil del americano pasota y soberbio. Más bien parece un jugador implicado y luchador con ganas de demostrar que puede hacerlo mejor de lo que lo está haciendo. Quiere marcar más diferencias y para ello ha trabajado duro para recuperarse de lesión que le ha mantenido más de un mes inactivo. El viernes se quedó un poco tocado por no estar en el quinteto inicial -desplazado por Koffi- y luego cuando fue sustituido al poco de salir se lo tomó a la tremenda. Tuvo una cruzada de cables en toda regla. Y claro, a Gustavo, en su papel de gestor de la plantilla, no puede permitir este tipo de desaires públicos. El técnico justificó que McCoy no jugara más por una cuestión estrictamente deportiva. Y es que es cierto que el partido no le venía a las características del pívot. McCoy es un poco tanqueta pesada y los encuentros de ritmos frenéticos no son para él.
¡Qué bien le vino a Cherry el partido! Yo creo que el base necesitaba ya sentirse líder. Con 31 de valoración volvió a ser el Cherry de la temporada pasada y esperemos que le sirva para empezar a reencontrarse, puesto que hasta la fecha entre lesiones y demás, no se le reconocía demasiado. El que no falla nunca es Ryan Humphrey. ¡Qué lujo tenerle en este equipo! Otros 31 de valoración, pero esto ya no sorprende tanto. Nos tiene tan acostumbrado a lo bueno, que cuando tenga un partido menos brillante nos va a sorprender.
Y bueno, con el tropezón del León, el equipo ha dado un paso hacia adelante en la clasificación. Ahora, los de Aranzana son cuartos. Personalmente, veo que ésta tiene pinta de ser la plaza que ocupará el equipo al final de la temporada regular si nos ajustamos a las trayectorias de los equipos y por calidad de plantilla. Xacobeo y Murcia aparecen como inalcanzables -salvo desplomes inesperados- mientras que Burgos, más a la mano, también tiene una cómoda ventaja respecto al Cáceres. La lucha por tanto, a mi entender, debe estar principalmente con el León por el cuarto cajón. En fin, que tampoco conviene hacer demasiada cábala especialmente cuando resta tanta competición por delante. El caso es que esta semana el Cáceres puede festejar que está un paso más arriba.
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