martes, 25 de enero de 2011

¿Merece la pena ir al Príncipe Felipe?

Dice Quique Setién, entrenador del Lugo y mítico jugador del Atlético de Madrid, que si fuera aficionado del Cacereño no se rascaría el bolsillo para ver al club de sus amores. Piensa que lo que se ve en el Príncipe Felipe cada quince días poco tiene que ver con fútbol. "Será rugby... otra cosa menos fútbol". Dice que su equipo vino, jugó y se fue con el ánimo de no volver más. Cree que jugar en un patatal como es el césped del Príncipe Felipe es una misión más que imposible. "Ni con Xavi e Iniesta se podría ver fútbol de verdad aquí". El tono del entrenador del equipo gallego fue demasiado agrio en la rueda de prensa tras la derrota del domingo en Cáceres, pero el mensaje no es nuevo. El césped del Príncipe Felipe es un auténtico campo de "batatas", que diría Mourinho. También afirma que no veía algo así desde su época de adolescente en los campos de pueblos perdidos por ahí. "Bueno, el campo del Cerro también está así", matiza. ¡Vaya por Dios con los campos de Extremadura!

José Luis Montes, que es un tío al que no le pega mucho eso de quejarse, resume que Quique Setién está demasiado acostumbrado a lo bueno por su carrera de futbolista de Primera, pero que no todo es lujo en el fútbol especialmente en categorías como la Segunda B o Tercera. "No todos podemos vestir de Armani", respondió a las acusaciones de su colega. Y, por supuesto, defiende que él sí que pagaría por ver al Cacereño, ya que si el campo no es una alfombra se ve otro tipo de espectáculo distinto al tiki-taka más orientado al esfuerzo físico y la estrategia.


El debate del pésimo estado del césped está ya muy manido. Yo opino que el entrenador del Lugo tuvo la lengua demasiado larga al meterse en si los aficionados tienen que gastarse el dinero o no en apoyar a su equipo en tal o cual circunstancia. Hasta ahí podíamos llegar. A mí, me sonó un poco a pataleta lo de Quique Setién el domingo. Hasta se quejó del criterio arbitral (el nuevo sistema de estadísticas que se ha currado el entregado Diego Vinagre nos permite ver que a los verdes le señalaron únicamente 12 faltas, mientras que el Lugo dispuso de 26). Montes no daba crédito: "¿De verdad se ha quejado del árbitro?".


Recuerdo la primera rueda de prensa postpartido de Montes en el que hizo un apunte muy acertado. "El campo está muy mal, pero... ¿a quién le beneficia más; al que juega aquí habitualmente o al rival?" Este Montes es un hombre de fútbol, quizá no de fútbol-Armani, pero sí del fútbol que se practica en la mayoría de los campos de Segunda B. Está muy curtido en este tipo de juego y ha sido capaz de acoplar las herramientas que se ha encontrado viniendo aquí. Y con nota. De once partidos, sólo ha perdido uno, ha ganado cinco y ha empatado otros cinco. Los números son aplastantes. Además, es el segundo equipo que menos goles ha recibido en toda la temporada. Eso sí, en negativo, también es el segundo que menos goles marca. Vamos, abonados al 0-0, 1-0, 0-1...

Este patrón puede que tenga que ver con el estado del terreno de juego, pero claro fuera de casa, los números también son muy similares... Lo que es inevitable es que el cero-cerismo trae consigo bastante dosis de tedio, eso es evidente. Pero lo cierto es que el Cacereño sí que sabe rentabilizar notablemente este modelo de fútbol (al menos sí, con la llegada de Montes). Claro, con todo esto, el debate está en el aire. Ah! y por cierto, que con este modelo cayó el líder, ése que llaman el Barça de la Segunda B. ¡Toma ya!




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