martes, 29 de marzo de 2011

Sobre el buen rollo y la vergüenza torera

Otra derrota más. El Cáceres Creativa ya no tiene más margen. O reacciona o corre el serio riesgo de quedarse sin plaza de playoff. No quiero ni pensar que el equipo con la buena temporada que ha realizado en dos tercios de competición se quedara al final fuera de los nueve primeros clasificados. ¡Qué batacazo sería! El caso es que con los sonrojantes KOs que ha sufrido recientemente ante equipos de muchísima menos entidad que el Murcia, la derrota del domingo hasta dejó un regusto casi dulce. El equipo fue competitivo durante 30 minutos y sólo en el último cuarto fue cuando se acabó la gasolina. Y mucho resistió con la sobreactividad que existe últimamente en la enfermería.

El domingo viví el partido más cerca del parquet de lo que lo hago habitualmente. Siempre me ha gustado ver el basket desde posiciones más altas en la grada, por aquello de que se aprecia el juego de una manera como más amplia. Manías, supongo. Lo que sí es cierto es que a escasos metros de los jugadores se perciben matices que desde la distancia se pierden un poco. Desde allí, cerca del banquillo, se desmontan en un segundo los cuchicheos de si "fulanito y fulanito están a tiros". Honestamente dudo mucho que la situación de lamento continuo en la que ha caído el equipo tenga nada que ver con rencillas internas entre jugadores.

Creo que los jugadores, con alguna excepción -eso sí-, están plenamente identificados con el proyecto y quieren vaciarse para revertir esta situación tan difícil en la que se han metido. Humphrey, que estaba para jugar 7-8 minutos, acabó jugando 25; Antelo, que se lesionó dos días antes, se infiltró para poder estar, con el consiguiente riesgo, y estuvo 20 minutos sobre el parquet. Cherry, que también se lesionó durante el primer cuarto, quería saltar a la pista y ayudar al equipo aunque estuviera con dolor y pudiera agravar más aún su lesión. En pocas palabras: los jugadores están muy implicados para salir del bache.


IMPLICACIÓN PLENA Pero claro, cuando los jugadores lesionados arriesgan su físico para el beneficio del grupo, lo menos que se puede esperar es que el resto de compañeros se implique todavía un poco más. Lo que de toda la vida se ha llamado en mi tierra 'vergüenza torera'. Hablando claro, lo que me parece de todo grado inadmisible es que cuando el equipo se está machacando por salir adelante, uno de los hombres que tenía que estar cargando con buena parte de la responsabilidad se borre. Sí, se borre. Porque McCoy ni está, ni parece que quiera estar. Todo el mundo sabe que el fichaje del americano fue una 'cagada'. Se sabe desde la pretemporada, desde el primer día. Es verdad que ocasionalmente ha tenido partidos decentes, pero es que las sombras son tan alargadas... Entiendo que a McCoy se le ha acabado el baloncesto y que no está ni para LEB Plata. Pero lo que me indigna, y como a mí a todo el que quiera bien al Cáceres, es que no le eche... arrojo (decirlo de otra manera suena un tanto mal). Mientras Humphrey o Antelo se jugaban agravar sus lesiones el domingo, McCoy deambulaba como un zombie. Cuando el partido estaba vivo, le pitan dos faltas seguidas en ataque -además de éstas bien señaladas-, no baja para defender en un ataque de Murcia y en el siguiente no le pone ni la mano a Faverani, que acaba anotando... ¿Total? Al banco. Y encima llega sonriendo, mientras le pegan una pitada. Al final del partido mientras sus compañeros se concentran en el centro de la pista, éste a su bola por otra parte. En fin... que la gente no es ciega y ve lo que hay. Por cierto, su valoración final: cero.

Aranzana, que es un tío muy, muy prudente, no quiere pegar una rajada como a lo mejor le pide el cuerpo, pero es que anda corto de efectivos y tendrá que luchar hasta el último partido para exprimirle las últimas gotas de baloncesto que le puedan quedar mirando por el beneficio del grupo. Quedan tres partidos de liga regular y tal y como está la plantilla de tocada con las lesiones o todos -y digo todos- dan el máximo o el batacazo puede estar a la vuelta de la esquina.

lunes, 21 de marzo de 2011

Perdemos y nos deprimimos... nos deprimimos y perdemos

El Multiusos cambia de uso. Donde hace poco más de un mes había una sala de fiestas en la que los viernes cada quince días se organizaban unos buenos saraos, han instalado recientemente un velatorio. Del mismo lugar del que solía salir un gentío de aficionados, personal, jugadores... orgullosos y alegres tras cada actuación, desde hace un mes aproximadamente solo se ven rostros sombríos y una tristeza que rebosa. Los colectivos deportivos también caen en depresión. El panorama es un tanto desalentador y nadie sabe ya cómo levantar la moral. El Cáceres Creativa (paradójicamente desde que se llama así ha perdido toda su creatividad) se ha extraviado de la senda que había seguido desde el inicio de la temporada.

Se había medio aceptado que el equipo era muy fuerte en casa y de alguna manera se tapaban las notables deficiencias cuando se jugaba fuera. Pero cuando han llegado también los palos en casa la depresión se ha desatado. Las dudas han invadido a los jugadores y el problema se ha magnificado aún más. El equipo no está sabiendo sobreponerse y cada jornada que pasa los complejos son mayores.

Había que ver cómo Gustavo Aranzana se marchaba tras la derrota ante el Palencia del Multiusos... Sencillamente estaba hundido. El técnico pucelano es un hombre transparente y su rostro no es capaz de esconder los sentimientos que le rondan. Está preocupado. Preocupado porque el equipo no juega como sabe. Según él, la plantilla entrena bien durante la semana, pero cuando llega el partido la mano se encoje. El viernes, ¡un 31.8% en tiros de dos! (hombre...)

El ambiente está contaminado. Las derrotas y la penuria son algo que se retroalimentan. Cuanto más pierdes, más te hundes... cuanto más te hundes, más pierdes. Salir de ese círculo vicioso es la clave. Dice Aranzana que de aquí se sale "con trabajo" (¡toma tópico!). Con trabajo, sí. Pero a mí me parece que no vale con exprimirse en la pista, si no se pone máxima atención en lo anímico, que es donde el equipo está más dañado. Es la pregunta ¿pista o diván? Quizá deba dejar la pizarra a un lado por un momento para intentar tocar la fibra a los jugadores para que reaccionen de una vez. Vamos, hacer un poco de psicólogo. Los métodos para sacar lo mejor de cada jugador dependerá de cada uno particularmente. En casos habrá que picar un poco en el orgullo de unos, en otros tocará pasar la mano por el hombro de otros.

Con el que creo que no hay que trabajar demasiado para motivarlo es con Valeika. Su espíritu es el que debería contagiar al resto del equipo y no al revés. Qué diferencia cuando está en pista el lituano o a McCoy. Vaya por delante que el americano tiene un anillo de esos gorditos que se consiguen al ganar un campeonato de la NBA y que Valeika los anillos que tiene son más bien del Bijou Brigitte. ¿Pero en ganas? En ganas el rubio está muy por encima no sólo de McCoy, sino de la mayoría de la plantilla. Claro que también debería pensar un poco en canalizar ese coraje y contenerse algo a la hora de hacer faltas. El viernes otra vez se fue al banco con cinco personales (en 20 minutos). Pero ese ímpetu bien entendido es la llave para salir del pozo. Éste viene a lo que viene y no quiere ni oír hablar de penurias, ni complejos, ni depresiones.

Van quedando pocas jornadas de liga regular y antes de que lleguen los play-offs el Cáceres debe encontrar ese camino que le permita poner la rúbrica a una temporada que hasta hace cuatro días era de nota y que ahora parece calamitosa. Sin embargo, la cuarta posición no está perdida y es un objetivo que para nada es una utopía. Y si no se logra, al menos podría ser suficiente con recuperar el tan buscado 'feeling'.

martes, 8 de marzo de 2011

Aranzana, ¿látigo o consuelo?

Con las buenas notas que sacaba mi hijo... ¿qué le pasa ahora que no hace más que traer calabazas a casa? ¿No estudia lo suficiente, tiene algún problema...? Ese ataque de paternidad es un poco el complejo que tiene que estar invadiendo últimamente al técnico del Cáceres Creativa. Ahora lo que le toca es sopesar si es más efectivo ejercer de padre comprensivo y consolar a su pupilo en un momento difícil o ser demandante y exigir abiertamente más a su chico porque ha demostrado claramente que cuando quiere, puede.

El Cáceres Creativa está pasando por su momento más crítico de la temporada. Cuatro partidos perdidos en los últimos seis enfrentamientos habla por sí solo en un equipo cuyas aspiraciones son las que son. Y ya no son las derrotas, sino como se producen. La imagen del equipo últimamente es la de un equipo herido. Dicen que si problemas de concentración, que si falta de actitud... No sé, pero algo no marcha bien. Hasta el momento, los desastres a domicilio se tapaban un poco con la efectividad de local. Dar una imagen tan mala como la del domingo ante el Breogán hace infinitamente más daño ante tu público que fuera. Perder con los gallegos no era algo previsible -no nos vamos a engañar- pero tampoco es un desastre en sí mismo. Era cuestión de tiempo que el equipo perdiera en casa (aparte de la aceptada derrota ante el Obradoiro). La gravedad del asunto tiene más que ver con que el equipo no sea capaz de competir. ¡No puedes encajar 30 chinos en un cuarto! El domingo, el Cáceres Creativa tiró el partido en los primeros diez minutos. Luego, en el segundo cuarto los dejas en 16. ¿qué pasa aquí? Los porcentajes de tiro de tres puntos de los rivales últimamente son especialmente generosos. Y eso es que no se pone la mano, que no se está encima. ¿Cansancio o relajación?


MUCHO DAÑO EN LA PINTURA Por dentro, el otro día Hicks y Amador se hincharon de meter canastas cómodas. McCoy va una velocidad por debajo del resto de pívots y eso es dar muchas facilidades. Pero es lo que hay. Es un jugador lento, pero fuerte. Hay que entender que le cueste defender a jugadores más explosivos, pero, por otra parte, debería sacar mucho más provecho a su envergadura tanto delante como atrás. Por lo que sea capaz de aportar creo que van a pasar muchas de las opciones del equipo en lo que resta de campaña.

Y para colmo Humprhey se lesiona. El mega-crack de este equipo se lesiona y estará 'out' dicen que dos semanas. Personalmente me temo que ponerlo a tono va a costar bastante más tiempo. Debe ser el momento para que McCoy se sienta realmente importante. Antelo sigue en fase de recuperar el buen nivel habitual tras su operación y luego están Valeika y Sanguino o Sanguino y Valeika (no sé muy bien el orden). El lituano gustó en su primera aparición en casa y eso que le tocó el día más inoportuno para debutar en casa. Aporta en positivo y se pega abajo. Cinco faltas en 16 minutos no puede verse como una virtud, pero habla bien de la actitud agresiva que quiere demostrar por defender. El domingo, el equipo llevaba en los primeros ocho minutos ¡una sola falta! justamente cuando el Breogán estaba barriendo a los cacereños. No comment.

Ahora, Aranzana sabe que tiene una papeleta encima de la mesa y le toca mover ficha para intentar cambiar el rumbo de un equipo, que si quiere puede sacar buenas notas porqueya lo ha demostrado, pero que últimamente huele a repesca.

martes, 1 de marzo de 2011

Huyendo de los antidepresivos

Dice Valdano que el deporte (se refería más bien al fútbol, pero lo adaptaremos) es un 'estado de ánimo'. Cuentan que Gustavo Aranzana está más sensible de lo habitual. Probablemente sea el termómetro perfecto para medir la temperatura del vestuario. El Cáceres Creativa (que raro me suena todavía) se encuentra ante uno de los momentos más complicados de manejar de la temporada, aunque pueda parecer todo lo contrario. El equipo se ha descolgado de arriba y tiene un cómodo colchón sobre los que vienen por detrás. Pareciera que los cacereños ya hubiesen hecho los deberes y que hagan lo que hagan lo más que pueden subir o bajar es una posición, que aspiran a ser cuartos o en el peor de los casos quintos. ¡Ojo!

Ese aislamiento en la clasificación trae consigo un peligro evidente. Puede crear una inapetencia y un desgano muy poco recomendable antes de entrar en el momento más crucial, el playoff. Tiene un trabajo importantísimo el técnico del Cáceres por delante para evitar que el equipo ponga un poco el piloto automático y baje el rendimiento. Y no tendría que verse necesariamente como una falta de profesionalidad. Más bien es una conducta frecuente en el ser humano; relajarse cuando la tensión queda de alguna manera a un lado. Si miramos a nuestro vecino más cercano, el León, quizá veamos precisamente esto mismo (cinco derrotas consecutivas). Los altibajos de las temporadas pueden ser achacados a muchos factores, pero uno de ellos sin duda es la motivación frente a la falta de objetivos.

Cuando comenzamos la segunda vuelta, la aspiración del Cáceres parecía estar fundamentalmente en luchar por la tercera plaza con el Burgos. Sin embargo, la derrota del Plantío, primero, y los batacazos en Melilla y Pamplona, después, han dejado al equipo un tanto moquicaído y descolgado. Que si ahora una de blog por aquí, que si los árbitros por allá... Ingredientes suficientes para entrar en una fase de mini depre. Menos mal que ante los suyos, el Cáceres siempre recupera su alegría habitual.

En medio de todo ello, el club ya tiene un nuevo soldado. Un lituano de nombre Arturas... (no, no es Karnisovas que quiera volver a las pistas) Valeika. El Cáceres ha fichado a este jugador para reforzar su plantilla y se espera que aporte más que el voluntarioso pero lesionado Koffi. Llega para ocupar un puesto en el que hay cierto overbooking, pero quiere ganarse una oportunidad y aprovechar la ocasión para darse a conocer en un país que le gusta para jugar al baloncesto.

¡NOS GANÓ EL ALCÁZAR ALLÍ! Luego está lo de los partidos fuera de casa. ¿Cómo puede ser que el Alcázar nos ganara en la primera vuelta? De todos modos, me parece que esta pregunta nos la vamos a cuestionar más de una y dos veces antes de que acabe la liga regular. El Cáceres Creativa sigue muy crecido en casa y no deja ni que le tosan en el Multiusos. Sin embargo, fuera es una caricatura del que demuestra ser ante su público. El ciclo de partidos como local y como visitante se ha convertido en un bucle del que no es capaz de escapar. Romper con esta mediocridad cuando ejerce de foráneo debería ser el objetivo más inmediato. Tenerife puede ser una buena estación para empezar a abortar el pesado maleficio.