domingo, 23 de enero de 2011

El Cáceres encuentra otra manera de ganar


Poco brillo tuvo la victoria del Cáceres 2016 ante el Girona el viernes. Fue un partido trabado y con poca lucidez. Extraño y de intermitencias, con altibajos pero que acabó al final acabó en el zurrón, que es de lo que se trata. Probablemente la noche traía cierto aroma distinto por las condiciones con las que se partían desde el inicio. Sin Antelo y con McCoy aún entre algodones a la espera de reaparecer se sembraba cierta incertudumbre respecto a la capacidad que iba a tener el equipo en el juego interior. Especialmente porque delante iban a tener al mítico Middleton (con casi 45 castañas), un tipo que tiene muchísima escuela y que es capaz de poner en serios aprietos con sus recursos al pívot más pintado en esta liga por joven que sea. Escribían mis excompañeros de el Periódico Extremadura en la previa que tan solo ver al veterano jugador bien pagaba el precio de la entrada. Y vaya si es verdad. No hay que dejar pasar por alto que en su curriculum puede presumir de haber sido estrella de equipos como Barcelona, Joventut, Caja San Fernando o Panathinaikos. Con éste último llegó a ganar una Euroliga. En el partido del viernes tuvo una intervención bastante discreta. Sin excesos. La razón fue que el Cáceres a pesar de sus mermas por dentro fue capaz de manejar la situación. Koffi, negado en ataque (hay que admitirlo), es mucho más aprovechable atrás. Se pegó y bien con el propio Middleton y ayudó a las otras dos torres cacereñas, Humphrey y Sanguino.

Estoy seguro de que Ricard Casas en su largo desplazamiento de vuelta a Girona tuvo que meditar en algún momento sobre el no haber sabido aprovechar el handicap del juego interior cacereño. Creo personalmente que el Girona no supo del todo poner el partido donde más le habría convenido. Si a eso le unes que uno de los jugadores con más claro olor ACB para las próximas campañas, David Navarro (a punto ha estado esta temporada de acabar en el Power Electronics Valencia cuando llegó Pesic), no dio su nivel habitual ni de lejos, pues ahí están dos condimentos claves para cocinar la victoria del Cáceres.

SOLIDEZ ATRÁS Pero está claro que algo de mérito tuvo el equipo de Aranzana en todo esto. Dejó al Girona en unos pírricos 55 puntos. Con esta anotación no se gana a nadie en esta liga. Los gerundenses hicieron 24 puntos en toda la segunda parte. Y es que así, ni en minibasket. El Cáceres, cuando no tiene el día entonado en ataque, tiene que multiplicarse en defensa para ser competitivo al menos. Y así fue. Fueron dominadores del rebote y eso, vistas las mermas que existían entre los pívots, no deja de sorprender. Pero claro, cuando los grandes no están, ahí estuvieron Angulo y Cherry, con siete capturas cada uno. Pillaron más rebotes ellos solos que cualquiera de los pívots de Girona.


Lucio, que se ve que se lo ha hecho mirar (manda huevos lo que hay que escuchar), terminó con 22 de valoración, los mismos que Cherry. Al base, al que parece que le ha mirado un tuerto esta temporada, suma nuevos problemas físicos que le están mermando. Además, tiene tanta ganas de parecerse al de la temporada pasada, que la ansiedad le pasa factura por momentos. Tiros que no tocan ni aro o pérdidas infantiles le minan claramente su moral. Necesita algo de mimo y la grada se lo da cuando responde, aunque también hay que admitir que es el que se está llevando las mayores palos este año. Durante la segunda parte del partido del viernes respondió y echó un poco de tierra encima de la cadena de errores que cometió antes del descanso.


A Koffi -como Antelo va a tener para más tiempo del que se esperaba- se le ha renovado por un mes más. Será el tiempo extra en el que el jugador debe dar más, mucho más. Es un tío duro atrás. Musculoso y con una fortaleza muy superior a la de Sanguino tiene un papel determinante en este tiempo en el que Antelo va a estar missing. Pero en ataque, no puede cometer tantísimos errores. Muy, muy flojo. Está absolutamente desacoplado, pero confío en que en estas cuatro semanas que vienen entre más en los sistemas y encuentre su sitio y empiece a coger la confianza, que por ahora se le está resistiendo. A Antelo, por su parte, se le va a echar mucho de menos. Es un jugador que por sus características abre muchas más opciones en ataque. Es amenazante por fuera y obliga a los interiores del equipo rival a salir fuera y abrir espacios. Pero, como llega el parón por la Copa Príncipe, Aranzana va a poder poner a tono a McCoy y ganar tiempo para que Antelo evolucione de su operación.

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