De jugadores listos. De jugadores comprometidos

"El baloncesto es un deporte para listos". Eso, más o menos, venía a decir Paco García, entrenador del Ourense, en la rueda de prensa que dio tras la derrota ante el Cáceres. Yo estoy totalmente de acuerdo. Pero añadiría algo más. Es deporte de listos, pero sobre todo... es deporte para la gente comprometida. Para la gente que lo da todo. El Cáceres lleva ganados esta temporada tantos partidos 'last minute' (vamos de estos que te ponen el corazón a 200 pulsaciones al final), entre otras cosas porque es un equipo de listos. Pero sabérselas todas no es suficiente siempre. Para obtener el máximo rendimiento tienes que tener un grado de implicación grande. Darlo todo. Ryan Humphrey ejemplificó el viernes a la perfección esto de lo que hablo dando toda una lección de compromiso. El pívot jugó cojo durante los minutos decisivos y no se arrugó en absoluto. Para que luego digan de los americanos.

En el partido contra los gallegos, los de casa ganaron porque fueron más listos. Hay que ver que Ourense esta temporada lleva una trayectoria diametralmente opuesta a la de los cacereños, habiendo perdido tantos partidos en finales apretados como ganado los de Aranzana. El cuadro gallego llegó el viernes al desenlace final otra vez con plenas opciones de llevarse la victoria, pero pecó de ingenuo. Ante los medios de comunicación, Paco García salió a darle un 'tirón de orejas' a Moses Ehambre por la falta antideportiva cometida cuando el partido estaba aún por decidirse en lugar de poner en duda la decisión arbitral (que viene a ser lo más normal en estos casos). Llegó a decir que tendría que hacer un esfuerzo "para no tirarse al cuello del jugador" cuando subiera al autobús. (Cuelgo la rueda de prensa del técnico gallego. Merece la pena verla).

En el lado opuesto está Lucio Angulo. Es verdaderamente escandaloso que sumara 38 de valoración, en 27 minutos en pista. Otro caso de implicación máxima. Angulo es un tipo al que no me lo imagino jubilándose de esto antes de los 67... (por decir algo). Juega en todas las posiciones que se le necesite. Puede botarla, puede tirar, puede penetrar, puede pegarse en la pintura con tíos que le sacan una cabeza... Es polifacético y listo. Muy listo.

FIN A LA RACHA GALLEGA Contra el Ourense se venció por fin a un equipo gallego esta temporada. Y es que tras las derrotas ante el Xacobeo y el Breogán, otro KO con el Ourense iba a empezar a dar que pensar de la existencia de meigas baloncestística para los de Aranzana. Con las mermas físicas que aparaceían entre los de casa, casi que podía parecer de brujería. Con Cherry sin poder jugar ni un minuto y con Humphrey y McCoy muy tocados, la misión se presentaba ciertamente compleja.

El partido, con todos estos condicionantes, permitió ver a un nuevo Cáceres. A Mediano disponiendo de muchos minutos como director de orquesta, a Movilla, alternando los puestos de 1 y 2, o a Lucio Angulo, ejerciendo de hombre interior. Además, se pudo ver a Humphrey arrastrándose por el dolor de una canasta a la otra en los momentos finales, pero defendiendo como un jabato y hasta plantando un 'gorro' al poderoso Kale cuando el partido quemaba, al tiempo que daba toda una lección de profesionalidad. Lo dicho, además de tener jugadores listos, el Cáceres puede presumir esta temporada de tener jugadores comprometidos. Y eso no es poco.

El aro a veces se hace pequeño

Dicen que el encanto del deporte es que el rendimiento de los deportistas o de los equipos no es una ciencia exacta. El Cáceres fue claro ejemplo de ello la semana pasada. Cuesta encontrar una explicación medianamente lógica para intentar entender cómo se pueden anotar 96 puntos un miércoles ante el Tenerife y cuatro días después no pasar de unos pírricos 49 ante un rival de una categoría similar, el Breogán.

Son las luces y sombras de todos los equipos, pero... se hace muy llamativo que lo que resulta ser una máquina de hacer puntos un día muera por inanición el otro. Y no me vale que no estuviera Humphrey en pista. Entre otras cosas porque ante el Tenerife tampoco estuvo durante media parte. Pero ni aunque hubiera jugado 40 minutos en ese partido. No es excusa.

Es verdad que Tenerife es un equipo que va muy bien en ataque, pero que da demasiadas facilidades atrás y que el Cáceres, como otros equipos, se han aprovechado de esta circunstancia. Pero es que el Breogán no es un equipo comparable con sus paisanos del Xacobeo precisamente. Habían ganado sólo dos partidos de los nueve que habían disputado y llevaban una racha muy negativa y tampoco deberían haber sacado los colores de esta manera a los de Aranzana.

Desglosemos un poco el capítulo de las estadísticas: Porcentajes de equipo en tiros de dos (ante Tenerife, 62.1%; ante Breogán, 34%), buff... Casi no hace falta ver más. Desde la línea de tres puntos (ante Tenerife, 60%, ante Breogán, 26%), idem. Y hasta en los tiros libres (ante Tenerife, 80.5%; ante Breogán, 50%)...

En resumidas cuentas, que el aro que era muy grande en casa, se estrechó enormemente en tierras gallegas el domingo. Pero ¿cómo puede ser así? Es verdad que los tiradores funcionan por rachas, pero tanta diferencia resulta sorprendente. Y no sólo es una responsabilidad de los aleros. Es que en la última derrota no funcionó nada. Francis Sánchez pasó de anotar 20 puntos a 8; Jeff Xavier, de 17 a 3; McCoy, de 14 a 8... El que mantuvo un poco más el tipo en esta faceta fue Antelo, que metió 19, frente a los 16 del miércoles.

30 PUNTOS ENTRE 9 JUGADORES Pero si echas cuentas más sesudamente se aprecia que al margen de Antelo, el resto de la plantilla anotó en la pesadilla de Lugo, ¡¡¡30 puntos!!! Así no ganan ni a un equipo de Diputación. Aranzana, que sabe de la importancia de ser regular en esta competición, quiere olvidar ya esta debacle y asume que este virus 'fallón' a veces pasa (Shit Happens, que diría el propio Humphrey o su compatriota McCoy). Lo lógico es que el viernes ante los paisanos del Ourense los cacereños ya hayan sido vacunados de este maldito virus y que el aro vuelva a su tamaño habitual.

Poco botín para un Cacereño mejorado

Siete puntos conseguidos de nueve posibles son los que ha conseguido José Luis Montes desde su llegada al Príncipe Felipe. No hay duda de que algo ha cambiado en el Cacereño con la llegada del técnico. Y no sólo hay que medir la aportación de Montes únicamente desde los resultados. El equipo verde ha dado un paso adelante que invita al optimismo.

Si bien, en el partido de su debut al frente del equipo verde fue afortunado sacando tres puntos en un partido malo y con pocas luces, el empate cosechado en la última jornada ante el Deportivo de la Coruña B se antoja poco premio para como se desarrolló el partido. El 1-1 vale para que los de Montes sumen una semana más sin conocer la derrota desde su llegada. Y eso para un equipo cuyo objetivo es la permanencia es mucho. Lo cierto es que el punto deja un sabor un tanto amargo, ya que los verdes llevaron la batuta en todo momento y sólo encajaron el gol de los gallegos a pocos minutos para la conclusión.

El Cacereño tuvo ocasiones para haber matado el partido en varias ocasiones, pero no. Erró las oportunidades claras de gol que podían haber dado un botín mayor y al final lo pagó. Pero sin dejarnos llevar por el resultadismo, hay que admitir que este Cacereño ha mejorado notablemente. Este equipo sí juega a algo. Del mismo modo, que no se merecieron los tres puntos en el encuentro ante el Extremadura hace quince días, ante el filial del Depor los gallegos no debieron sumar nada. Y no me refiero a las polémicas jugadas del gol visitante y la acción embarullada dentro del área en el tiempo de descuento, que sin volver a visionarlas con detenimiento me resulta difícil asegurar nada.

BARRIZAL IMPOSIBLE Lo del terreno de juego del Príncipe Felipe es sencillamente de vergüenza. En este campo no se puede jugar al fútbol. No se puede. Su lamentable estado es el que, por ejemplo, desbarató un par de claros mano a mano de los locales ante la meta deportivista. Decía el entrenador del filial en clave de humor que un punto se lo llevó su equipo, otro fue para el Cacereño y el otro se lo tragó el barro. Mientras tanto, Montes no quiere perder el tiempo hablando sobre esta situación pues sabe que esto será así durante toda la temporada.

Con todo y con eso, ir al Príncipe Felipe es más alentador desde la llegada del nuevo míster, aunque todavía hay mucho camino por andar. El próximo fin de semana toca visita al Cerro de Reyes, en un partido que traerá recuerdos al de la última jornada de la pasada temporada en el que ambos salvaron la categoría. En esta ocasión ambos andan involucrados en una pelea similar, aunque de momento el encuentro no será a vida o muerte.

El que a hierro mata...

La derrota del Cáceres el viernes en la pista del debutante Alcázar me ha dejado en primer momento un regusto rancio en el paladar. Y es que tras haber dado cuenta de equipos como Burgos o Melilla en el inicio de competición, llevar seis victorias y una sola derrota y ver al Cáceres de nuevo en la zona más noble de la clasificación eleva involuntariamente las exigencias sobre este grupo. En esto del deporte, no es nuevo que los aficionados tienden a ver el mundo en una gama bicromática. Es decir en blanco o negro. O tenemos ya pie y medio en la ACB en la jornada siete o "bah! estos tíos son unos 'mataos'".


Haciendo una segunda lectura algo más sesuda, uno viene a realizar un razonamiento más en profundidad y a entender porqué el propio Gustavo Aranzana hace escorzos con tal de esquivar tanto halago. Él lleva una vida entera en esto y sabe de la dificultad que entraña el mantener los pies en el suelo. Aplicando un poco la filosofía oriental del Ying y el Yang, caer contra el Alcázar puede tener un punto de terapéutico. Es importante saber cuáles son las verdaderas aspiraciones de este Cáceres. Personalmente creo que este equipo llega con la vitola de 'challenger' y que debe estar ahí arriba si no se cruzan adversidades extras a lo largo de la temporada, pero, en un ejercicio de sensatez, uno no debe perder de vista las limitaciones. El Cáceres no se puede comparar con el Obradoiro. Pero ni el Cáceres, ni el León, ni el Murcia, ni el Burgos... Por tanto, las exigencias de estos equipos siempre estarán un escalón por debajo de las de los gallegos. Parece lógico, no?

LA TEORÍA DE LAS CARAS Y LAS CRUCES Allá por el año 1990 en mi época de estudiante de bachillerato tenía un profesor que nos intentaba inculcar en nuestras distraídisimas seseras la aplicación de las matemáticas a la estádistica. Nos contaba que si lanzábamos 50 veces una moneda al aire, al final el balance final de caras y cruces debía ser idéntico o casi. Yo pensé que eso eran milongas y que la moneda sería más caprichosa y unas veces tocarían más caras y otras más cruces. Pues bien, el profesor era él y tras intentar destruir su teoría lanzando miles de veces la moneda, nos dimos cuenta que estaba en lo cierto. ¿A qué viene esto? Pues simplemente, esta teoría de que todo tiende a igualarse al final es de aplicación al equipo de Aranzana, al menos respecto a lo de los finales apretados.

Los cacereños esta temporada se habían plantado hasta cinco veces en finales ajustadísmos con menos de seis puntos de diferencia -Cáceres-Burgos (73-71), Girona-Cáceres (75-79), Huesca-Cáceres (88-90), Cáceres-Melilla (81-75) y Cáceres-Navarra (76-73)- y lo sorprendente del caso es que todos ellos los había resuelto a su favor. Un día un triple de Xavier sobre la bocina, otro en los instantes finales de Francis Sánchez para matar el partido... siempre saliendo la cara. Y claro, tenía que llegar el día en que la estadística empezara a buscar el equilibrio en esto también. Está claro que resolver un partido no es tan aleatorio como lanzar una moneda al aire entrando factores como la calidad o experiencia de sus jugadores en juego, pero lo que es un hecho es que la fortuna alterna caprichosamente en esto del deporte igualmente. Contra el Alcázar la suerte fue esquiva a los cacereños, prácticamente porque tocaba.

Montes, como caído del cielo

Poco podemos esperar del Cacereño si dependemos de encontrarnos de frente con la fortuna. En el partido ante el Extremadura un enorme golpe de suerte permitió al equipo verde sumar sus primeros tres puntos en casa en lo que va de temporada. Casualmente esta circunstancia se ha dado en el debut de José Luis Montes como técnico de los cacereños. El 1-0 conseguido en el tiempo de descuento ha sido el premio al empeño y que bien es cierto que puede tener un valor terapéutico dentro de una plantilla tocada en esto del ánimo. Sin embargo, debemos huir de sacar conclusiones prematuras sobre el cambio de técnico.


El Cacereño ante el Extremadura jugó mal. Hay que decirlo claro. Nervios e imprecisiones estuvieron presentes durante todo el partido en los verdes. Pero si el hecho de que se ganara el partido no se puede considerar mérito del nuevo técnico, el aburrídísimo encuentro que nos brindaron los jugadores el domingo tampoco se le puede imputar a él. En tres entrenamientos poco se puede cambiar. Ni para bien, ni para mal.

Eso sí, con los primeros cambios en el once ya se empieza a vislumbrar la idea que tiene para sacar a flote a este equipo. A su favor contaba que todos los jugadores -los de este equipo y los de cualquier otro- cuando están delante de un nuevo entrenador multiplican esfuerzos para ganarse la confianza del nuevo míster. Ayer, se les notaba con muchas ganas. No sé si con más o menos que cuando tenían a Manolo en el banquillo, pero con ganas. Sin embargo, esas intenciones de hacerlo mejor que bien se vuelven a veces en contra del propio rendimiento, queriendo estar aquí y allá, defendiendo y atacando casi al mismo tiempo... vamos como decía Toshack: "como pollos sin cabeza". Y así lo veía el propio Montes en rueda de prensa y apuntaba que ese exceso de ganas canalizándose correctamente puede ser rentable.


Montes tiene, frente a Manolo, un extenso curriculum en los banquillos. Y eso cuenta, por supuesto. El actual técnico del Cacereño se ha visto en todo tipo de situaciones y tiene un recorrido a sus espaldas que el bueno de Manolo todavía tiene que andar. Tras un levísimo contacto con Montes en la primera rueda de prensa se puede hacer una pequeña descripción de hombre inteligente detrás de esa imagen algo tosca que asoma. No regatea a los periodistas y habla con total naturalidad. Tiene claro a lo que viene y con todo ello ha aceptado el reto de sacar al Cacereño de abajo. 

UN CAMPO DE 'BATATAS' La aceptación del proyecto es tal por su parte, que ni siquiera se queja de algo tan obvio como el lamentable estado del terreno de juego. Me río yo de Mourinho cuando decía que el césped del Bernabéu parecía un "campo de batatas". Ay querido Mou, te podías dar tú una vuelta por el Príncipe Felipe... Aquí 'batatas' no, pero una pelea de lucha en el barro quizá pronto la podamos ver aquí. Tonterías aparte, lo del terreno de juego es lamentable. Simplemente, por una de las bandas no se puede jugar. El campo es un lodazal. Y eso que no han llegado todavía las lluvias. No me quiero ni imaginar los meses que nos esperan. Y claro, el juego queda totalmente condicionado. 'El patadón' va a tener que convertirse en la seña de identidad de este equipo. Es que no queda otra. Montes hasta le busca el lado positivo a esto, diciendo que el campo está igual para los dos equipos y que al final, el que está acostumbrado a entrenar todos los días en estas circunstancias hasta puede tener algo de ventaja. Y a lo mejor tiene razón. Ya se verá.



Francis, salvador Deluxe

Diez tiros de campos y uno solo anotado en todo el partido ante el Iruña Navarra. Francis Sánchez se presentó en el último minuto del choque con esta discretísima tarjeta de presentación. Sin embargo, el balón decisivo llegó una vez más a sus manos. Quedaban pocos segundos para que acabara el partido y en esta ocasión tenía que meterla sí o sí. Y Francis, una vez más, lo hizo. Anotó un triplazo que fulminó al cuadro navarro. Atrás quedaba su aciaga actuación anoche. No importa que hayas estado desaparecido todo el partido si cuando llega la hora de la verdad sabes resolver. Estas situaciones a Francis le ponen. Hay que admitirlo. Me recuerda a aquel clásico capítulo del Príncipe de Bel Air, cuando el entrenador del equipo universitario repetía una y otra vez la estrategia a sus chicos: "Balones a Will". Pues eso, el señorito Williams de este equipo es Francis.

Y con el 76-73 ya van seis triunfos en siete partidos jugados. Esto pinta muy bien. Y eso que ante el Iruña Navarra tuvieron que emplearse quizá más de lo que podía presumirse en un principio. El caso es que Gustavo Aranzana ya lo había advertido antes del partido. El equipo de Ángel Jareño vino a Cáceres con la intención de bajar de la nube a los de casa y vaya que si pudieron conseguirlo. Al final tuvieron bola para haber empatado el partido en el último segundo, pero el lanzamiento de Narros no entró. El jugador del Navarra protestó airadamente un supuesto contacto en el tiro, pero nada. Los colegiados, que ya habían montado antes su particular 'chou' anteriormente, no quisieron complicarse más las existencias.

Vaya con McCoy. A muchos nos ha pegado un "zas, en toda la boca" y nos ha callado todas las incógnitas respecto a su rendimiento. Dobles figuras (12 puntos y 12 rebotes) para firmar un partido notable. Esperemos que el americano tenga continuidad y coja ese punto de confianza que necesitan todos los jugadores para ir creciendo. Eso sí, a la salida del pabellón todo el mundo comentaba su 'despeje' (por llamarlo de alguna manera) cuando todavía quedaban siete segundos y tenía el balón en sus manos. Supongo que pensaría que quedaba menos tiempo para el bocinazo final, pero nos puso a todos el corazón en un puño y dio opción que Navarra hubiera empatado.

HUMPHREY Y LA FÁBRICA DE 'GORROS' Menuda defensa que se marcó ayer. Puso cuatro tapones y realizó un espectacular trabajo de intimidación. Fue el mejor valorado del partido (28 de valoración, con 17 puntos y 7 rebotes).  Su gran valor es que resulta un jugador muy regular y valioso. Todas sus virtudes hacen olvidar en gran medida su ortopédica muñeca en la línea de tiros libres.

Respecto a lo que deparó la jornada, destaca que Melilla endosó la primera derrota al León (75-69) y de esta manera ya sólo queda imbatido el Obradoiro (que juega ante el Tenerife). Así Cáceres está en el grupo de equipos que ha perdido un solo encuentro, junto a León y La Palma. Esto promete y no acaba más que de empezar.

Me quedo con el Manolo 'pichichi'

La carrera de entrenador de Manuel Sánchez Delgado 'Manolo' no le está haciendo justicia a su reconocidísima trayectoria como jugador. Una vez que su salida del banquillo del Cacereño ya es un hecho su proyección como técnico ha sufrido un nuevo revés. Y no digo ni muchísimo menos que la lamentable situación en la que se encuentra el equipo actualmente sea responsabilidad suya en exclusiva. El tiempo dirá si su sustituto es capaz de sacarle más provecho a las piezas que hay actualmente.
Desde el club se quiso ver en Manolo a un nuevo Guardiola (a escala, claro está). Una persona de reconocidísimo prestigio dentro la casa, brillante como jugador, pero si experencia destacable dentro de los banquillos. El resultado, desgraciadamente, en este caso ha sido el fracaso.
Dice Manolo que el fútbol no ha sido justo con el Cacereño. Yo no entiendo de justicia deportiva. Y a la hora de certificar los ascensos y descensos nadie se acuerda muy bien de que el fútbol te haya tratado mejor o peor a lo largo de la temporada (sirvan de ejemplo Mourinhos y Capellos).

EL GOL SE ENFADÓ CON ÉL Es curioso que el destino ha querido ser caprichoso con el ya exentrenador del Cacereño. Lo que hizo grande a la figura de Manolo -el gol- ha sido paradójicamente lo que le ha traicionado como entrenador del equipo de su ciudad.
Los números del equipo verde hablan por sí solos: Cuatro goles en once partidos indica bastante bien en qué dirección soplan los aires en el Príncipe Felipe. A la directiva no le ha quedado otra solución que ejecutar al técnico, a pesar de que me consta que Manolo contaba con todo el cariño de los dirigentes.
Ahora toca pasar página y buscar al entrenador que encuentre el botón que haga funcionar a este equipo y ver si las piezas que conforman la maquinaria verde son válidas para lograr el objetivo de la permanencia.
Esta situación resulta muy familiar dentro del club. El cambio de 'patrón de equipo' el ejercicio pasado dio el fruto esperado. Eso sí, Ángel Marcos pudo disponer de la 'chequera' para apuntalar el equipo a su gusto, frente al equipo que tenía Alcázar a principio de temporada. Veremos si el que se siente en el  banquillo verde es capaz de tirar con lo que hay en la plantilla o si se vuelve a remover el mercado en busca de nuevos jugadores.
A día de hoy toca despedir a Manolo, al que le debe doler enormemente el no haber sido capaz de triunfar en el equipo de su ciudad. Anteriormente, tampoco hizo nada grande con los humildes Pegaso o Majadahonda. Yo, que durante muchos años fui un poquito del Atleti por mi paisano Manolo, que vibré con su título de pichichi (27 goles en la temporada 91-92) y que celebré como si fuera de mi familia el que jugara en la Roja en aquella época, me quedo con el Manolo jugador. Buena suerte